Se estira la cuerda al tono deseado sin hacerla sonar, al llegar a dicho tono se toca la cuerda y comienza a soltar de a poco.
Otro punto a tener en cuenta, es que si el bending lo hacemos mientras escuchamos el barrido de afinación (la ascensión tonal que se escucha desde la nota original hasta la de llegada), es más fácil conseguir el tono justo.
En cambio si hacemos un pre-bending para llegar a una nota (estirar la cuerda sin reproducir sonido hasta alcanzar la supuesta afinación y después tocar la nota final).
la cosa se complica, pues nos falta la referencia acústica y sólo podemos valernos de la intuición física que nos dan los dedos al estirar las cuerdas (podemos “adivinar” el sitio en el que el bending dará la nota buscada).